– [Instructor] Incluso en el esqueleto adulto, los huesos son tejidos activos, que experimentan cambios en su arquitectura continuamente. Este proceso llamado remodelado óseo consiste en fases iguales de reabsorción ósea, su eliminación y depósito de tejido nuevo. Cuando las células óseas maduras, osteocitos, sienten estrés mecánico, mandan señales a las células del hueso del sitio, por ejemplo, los extremos del fémur, las cuales son reemplazadas cada seis meses. Durante la reabsorción ósea, un tipo celular, los osteoclastos, se adhieren fuertemente a la superficie, secretando enzimas lisosomales y protones de hidrógeno, pueden degradar compuestos orgánicos, creando cavidades de erosión al degradar la matriz vieja o dañada. También se libera calcio a la sangre e interviene en los bucles de retroalimentación hormonal. Cuando el material se disuelve, el osteoclasto se autodestruye mediante apoptosis, lo cual previene la destrucción continuada del hueso. Para iniciar la inversión, células mononucleares aparecen en la superficie en preparación para el siguiente paso. En la fase de formación, los osteoblastos se mueven hacia dentro de la cavidad y depositan hueso nuevo mediante la la osificación de la matriz orgánica conocida como osteoide. Esta parte incluye fibras de colágeno contribuyen a la estructura y flexibilidad. Después de la síntesis de la matriz, los osteoblastos pueden diferenciarse en células de revestimiento ósea aplanadas o sepultarse en el hueso como osteocitos.