[Instructor] Las arqueas y bacterias son procariotas, pequeños organismos unicelulares. Todas las células procariotas están rodeadas de una membrana de plasma selectiva y permeable, que puede estar cubierta por una pared de peptidoglicano. Los polímeros de los aminoácidos y azúcares, para un nivel extra de protección, en su mayoría para mantener la presión osmótica y su forma. Afuera de su envoltura hay otra capa de defensa. La cápsula hidrofílica, un borde de polisacáridos que promueve la adhesión. Dentro, varios componentes están suspendidos en un citoplasma viscoso, incluyendo el material genético. En vez de hacerlo en un núcleo, el ADN se organiza como una doble cadena agrupada en la parte central llamada nucloide donde puede interactuar con las proteínas que flotan libremente. Pedazos circulares más pequeños, los plásmidos, están separados físicamente de su ADN cromosómico y se pueden replicar independientemente brindando una ventaja para sobrevivir como la resistencia antibiótica. Más allá de esas similaridades estructurales universales, especies diferentes no contienen organelos únicos unidos por proteínas y lípidos. Por ejemplo, la cianobacteria posee microcompartimentos, como los carboxisomas que reparan el carbono y los tilacoides fotosintéticos para cosechar la luz de muy baja intensidad. Otro ejemplo son las bacterias magnetotácticas que dirigen su movimiento por las líneas del campo magnético. otros modos incluyen la formación de esporas y las inclusiones para almacenar el exceso de nutrientes. A pesar de su reputación de ser simples con un grado bajo de compartimentalización celular, las células procariotas han evolucionado para sobrevivir a los entornos complejos.