El experimento de Miller-Urey fue un estudio pionero en cuanto a la síntesis abiótica de compuestos orgánicos con posible relevancia para los orígenes de la vida. Gases simples se introdujeron en un aparato de vidrio y se sometieron a una descarga eléctrica, simulando los efectos de un rayo en el sistema atmósfera-océano primordial de la Tierra. El experimento se llevó a cabo durante una semana, después de lo cual, se analizaron las muestras tomadas de la misma para los componentes químicos de la vida.