28.4:

Presupuestos energéticos

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Biologie
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Energy Budgets

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March 11, 2019

Los organismos deben equilibrar la ingesta de energía con la energía necesaria para el crecimiento, el mantenimiento y la reproducción. Estas compensaciones dan lugar a una variedad de estrategias de supervivencia y reproductivas, incluyendo la semelparidad y la iteroparidad. Las especies semélparas, como las plantas anuales, tienen sólo un episodio reproductivo en su vida y, en consecuencia, tienen una vida útil corta. Las especies iteróparas, en cambio, tienen muchos eventos reproductivos durante su vida, pero tienen relativamente poca descendencia. Estas dos estrategias no son mutuamente excluyentes, sino que representan dos extremos en un continuo de posibles estrategias reproductivas.

Semelparidad e iteroparidad

Durante su vida útil, un organismo tiene una cantidad limitada de energía y recursos disponibles y debe asignar la energía al crecimiento, reproducción y mantenimiento. La energía utilizada para la reproducción no se puede utilizar para el crecimiento y viceversa. Esto crea un equilibrio entre la fecundidad, el crecimiento y la supervivencia que se refleja en una variedad de estrategias reproductivas. Dos estrategias reproductivas primarias son la semelparidad y la iteroparidad. Sin embargo, en lugar de ser estrictamente semélparos o iteróparos, muchos organismos se encuentran en algún lugar en un continuo entre las dos estrategias reproductivas.

Una especie verdaderamente semélpara asigna todos los recursos disponibles para la reproducción a expensas de la vida útil, reproduciéndose sólo una vez antes de la muerte, pero produciendo muchas crías. Los organismos semélparos incluyen plantas anuales, que completan todos sus ciclos de vida en una sola temporada.

Por otro lado, las especies iteróparas tienen múltiples eventos reproductivos a lo largo de su vida útil. Estos organismos a menudo producen menos descendencia por episodio reproductivo, pero proporcionan un mayor cuidado para cada descendencia. Las especies iteróparas incluyen: las aves, casi todos los mamíferos, las plantas perennes, los reptiles, los peces y moluscos, y varios insectos.