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El forrajeo óptimo

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Biologie
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Optimal Foraging

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March 11, 2019

La forma en que los animales obtienen y comen sus alimentos se denomina comportamiento de forrajeo. El forrajeo puede incluir la búsqueda de plantas y la caza de presas y depende de la especie y el entorno.

La teoría del forrajeo óptimo afirma que la selección natural favorece estrategias de forrajeo que equilibran los beneficios de un alimento en particular, como la energía y los nutrientes, con los costes de obtenerlo, como el gasto de energía y el riesgo de depredación. El forrajeo óptimo maximiza los beneficios al tiempo que minimiza los costes.

Para los cuervos

La teoría de la búsqueda de alimento óptima está respaldada por pruebas de varias especies. Un ejemplo es la estrategia del cuervo del noroeste para comer caracoles marinos. Para comer un caracol, el cuervo debe abrir su caparazón, lo que logra volando con el caracol y luego dejándolo caer sobre las rocas debajo. Los cuervos harán esto repetidamente hasta que el caparazón se agriete.

Volar más alto romperá el caparazón antes, pero requiere más energía. Al dejar caer el caracol desde varias alturas, los científicos calcularon la altura óptima que romperá la concha usando la menor cantidad de energía. Los cuervos, en promedio, vuelan cerca de esta altura para romper conchas, apoyando la idea de que este comportamiento de forrajeo ha evolucionado para ser óptimo para el equilibrio energético.

Los caracoles marinos más grandes también se rompen más fácilmente que los más pequeños, además de contener más energía calórica. Los cuervos optimizan aún más su estrategia seleccionando caracoles grandes y haciendo muchos intentos para romper un solo caracol, en lugar de gastar energía extra para encontrar otro.

El ciervo mulo

El riesgo de ser atacado por depredadores puede ser otro coste de la búsqueda de alimento. Los investigadores encontraron que los ciervos mulo pasan más tiempo forrajeando en áreas abiertas, aunque haya algo menos de alimento disponible que en los bordes del bosque. Esto se debe a un menor riesgo de depredación por los leones de montaña en las áreas abiertas.

Esta observación apoya aún más la idea de que el forrajeo es un equilibrio entre los beneficios y los costes, y que la evolución favorece las estrategias que están optimizadas para equilibrar a ambos.